Cuando la política económica establece como objetivo principal la modificación de la distribución de la renta entre individuos o grupos sociales, formula e integra un conjunto de medidas a tal fin denominadas política de distribución. Estos objetivos se pueden establecer de muy diferente manera y en forma directa o subsidiaria, por ejemplo establecer un ingreso mínimo garantizado, o igualar mediante la utilización de impuestos progresivos, subsidiar la educación o establecer la misma en forma gratuita para asegurar la “meritocracia” o tender a la redistribución de la riqueza estableciendo impuestos a la herencia.
Asimismo se pueden dirigir a individuos o grupos específicos, como ancianos, jóvenes, madres de lactantes, agricultores o garantizar ciertos servicios mínimos como salud.
La igualdad o desigualdad de la distribución de la renta se mide con la curva de Lorenz y el índice de Gini.
La diagonal expresa la igualdad, el eje (x) o la base del cuadro expresa el numero acumulado de casos (hogares o individuos) y el eje (y) o vertical el monto acumulado de ingresos.
La curva define el grado de desigualdad, cuando mas próxima a la diagonal menor la desigualdad y cuando mayor el área de concentración, mayor la desigualdad. El cociente entre ambas áreas (ara de concentración sobre el triángulo) es el índice de Gini. Que también se puede expresar así:
Cuanto más cerca de 0 es más igualitario, cuando más cerca de 1 mayor desigualdad.
En general se considera que un mayor desarrollo económico viene acompañado de una distribución más igualitaria, sin embargo se puede ser mas iguales en desarrollo y en subdesarrollo.
Valores de hasta 0,30 -que se ven en los países escandinavos- reflejan una distribución del ingreso equitativa. Se puede hablar de situaciones de desigualdad a partir de 0,40 y hasta 0,60, intervalo donde se encuentran los países latinoamericanos. Por encima de 0,60 el índice expresa una distribución gravemente in equitativa.
En Argentina el Coeficiente de Gini aumentó desde 0,40 a mediados de los años 80 hasta 0,53 en 2002, como resultado de sucesivas crisis económicas.
Aunque los datos internacionales no son siempre fiables, diversos estudios sugieren que el incremento de la desigualdad en el ingreso dentro de los países fue una tendencia mundial en la segunda mitad del Siglo XX.
El Informe sobre Desarrollo Humano 2002 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca que de 73 países de los que se dispone de datos -y que concentran el 80% de la población mundial-, en 48 se registró un aumento de la desigualdad desde la década de 1950. En 16 países no se observó ninguna tendencia y sólo en 9 -con 4% de la población mundial- hubo una reducción
La distribución del ingreso o renta puede ser personal (individuos y hogares) o funcional (factores: capital y trabajo), ambas pueden ser afectadas por la política del Estado, por la vía del sistema impositivo, los gastos de transferencias y subsidios y por la regulación o intervención directa en los mercados.
TAREA:
El alumno efectuará una búsqueda en las paginas de
INDEC para determinar cuál ha sido la evolucion de la distribución del ingreso posterior al año 2002, el posicionamiento internacional relativo de Argentina en IDH UNDP y formulará un comentario que identifique las políticas que incidieron en dicha evolución.
jueves, 5 de julio de 2007
La política de distribucion del ingreso
Etiquetas:
desarrollo humano,
desigualdad,
distribución,
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13 comentarios:
Posteo de Sofia Cortelletti y Candela Donantueno.
Desde el año 2002 se registra una favorable evolución de la distribución del ingreso, al pasar el Coeficiente de Gini de 0,55 a 0,49.- A su vez si se analiza la evolución entre el tercer trimestre del 2003 a la actualidad, la baja fue de 5 puntos porcentuales respecto al coeficiente de 0,537 de dicho período.-
En los tres primeros meses del año, respecto a igual período del año 2006, se produjo una mejora del 0,8% al pasar el índice de o,494 a 0,49.-
Actualmente el Índice de Gini se ubica en los niveles mínimos históricos desde 1996, asociado a una mejora en la distribución del ingreso.-
A su vez, la relación entre el ingreso del 10% más rico de la población, con el 10% más pobre, muestra una mejoría notoria al pasar de 56 en el 2002 a 30 en el primer semestre del 2007.-
Argentina ocupa el lugar número 36 en el ranking del Índice de Desarrollo humano (2004), ubicándose entre los países de desarrollo humano alto.- Es el mejor catálogo de los países de América del sur, seguido por Chile y Uruguay
América Latina se ha caracterizado por ser la región del mundo con los más elevados índices de desigualdad en la distribución del ingreso. Los niveles de pobreza, aunque inferiores a aquellos típicos de otras partes del mundo en desarrollo, siguen siendo extremadamente elevados y, para el conjunto de la región, se encuentran hoy por encima de los niveles que se observaban antes de la crisis de la deuda. Estas son las condiciones que se enfrentan hoy a los nuevos elementos que han alterado la dinámica económica y social de la región. Entre ellos cabe mencionar cuatro: las reformas estructurales emprendidas en todos los países, el proceso de globalización que las ha acompañado, la recuperación del crecimiento económico y las nuevas reformas iniciadas en el frente del gasto social y de los servicios sociales, como parte de las llamadas reformas de "segunda generación”.-
Políticas que favorecieron la evolución:
• La mayor actividad económica que generó baja en el desempleo e incorporación de amplios sectores a la vida económica.-
• Reasignación de gastos del estado.-
• Elevación del salario mínimo.-
• Funcionamiento de las paritarias que permiten al sector asalariado discutir los incrementos por intermedio de sus representantes gremiales.-
En el periodo 2001-2005 la estimación indica que mientras en el año 2001 el consumo popular representaba el 45,8% del total del consumo privado, en el 2005 desciende al 43,8%. Asimismo, el consumo superior (el de los sectores más acomodados de la población) pasa de representar el 54,2% a significar el 56,2%.
Las participaciones expuestas son el resultado de que el consumo privado total se expandió un 98,4% mientras el consumo popular creció por debajo (un 89,4%) y el consumo superior subió un 105,7% en el período en consideración
Los resultados de la evolucion de la distribucion del ingreso para el primer trimestre de 2007 muestran una mejoria en el indice de gini y tambien en los ingresos. Durante el primer trimestre de 2007 la brecha de ingresos entre el 10% de la poblecion mas rica y el 10% menos, mostro nuevamente una reduccion, que llego a el 16.7%. Esta sustancial mejora es producto de la gran reduccion (6 veces) de la diferencia entre esos extremos de la sociedad.
El indice de gini para 2007 nos muestra que los primeros tres meses del año respecto del mismo periodo del año anterior se p`rodujo una mejora del 0.8% de la distribucion del ingreso, al pasar 0.494 a 0.49.
Continua La favorable evolucion que habia comenzado a fines de 2002 segun los datos.
Actualmente el indice de Gini se ubica en valores minimos historicos, debido a una mejor distribucion. Ademas, se observa por primera vez en mas de 20 años una tendencia a la mejora distributiva.
El analisis de los valores en el inicio de 2007 nos deja ver el alcance de un minimohistorico en la brecha de ingresos.
El nuevo avance de la equidad ha permitido que ambos indicadores alcancen los mejores registros historicos desde 1996.
De todas formas, si hubiera mejores y mayores políticas públicas de transferencia de ingresos a los sectores populares, la composición del consumo cambiaría a favor de la demanda popular. Esto reduciría el componente de importaciones, requeriría de la ampliación de la oferta de bienes-salario y podría empalmarse con un nuevo proyecto productivo.
Lis Carolina Gonzalez
María Rocío Pato
María Paz Davico
A causa de la crisis surgida entre el 2001 y el 2002, la distribución del ingreso decayó, es decir, se volvió menos igualitaria, se comenzó a presentar mayor desigualdad, de manera que puede observarse un aumento en el coeficiente de Gini convirtiéndose así, la República Argentina, en uno de los países con mayor desigualdad en la distribución de ingresos del rango actual. Además, a raíz de esta notable crisis económica y social, a partir del mes de enero de 2004 Argentina dejó de ser Contribuyente Neto del PNUD (Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), como consecuencia de haber reducido su ingreso per cápita por debajo de los U$S 4.700. Así, el país vuelve a ser sujeto de contribución financiera por parte de este organismo.
La Remuneración del Trabajo Asalariado (retribución que reciben los empleados en relación de dependencia por su trabajo realizado) alcanzó en el año 2005 un 38,6% del Valor Agregado Bruto a precios básicos. En relación con el año 2004 muestra un incremento de 2,5 puntos porcentuales continuando la tendencia de crecimiento iniciada en 2003. El aumento de los salarios nominales por encima de los precios explícitos en el PBI (Producto Interno Bruto) y el de las horas trabajadas, permiten ver la recuperación de la participación del trabajo asalariado en la distribución funcional del ingreso.
En 1998, la Argentina ingresó en lo que se convirtió en una depresión de cuatro años, durante la cual su economía se redujo en un 28%. La experiencia argentina ha sido mencionada como ejemplo del fracaso de los mercados libres y tasas de cambio fijas, entre otras cosas. Sin embargo, la evidencia demuestra otra cosa. Más bien, las malas políticas económicas convirtieron una recesión común en una depresión. Tres grandes aumentos impositivos en los años 2000 y 2001 desalentaron el crecimiento, y la intromisión en el sistema monetario a mediados de 2001 generó miedo a que se devalúe la moneda, evaporando la confianza en las finanzas del gobierno argentino. En una serie de errores garrafales que empeoraron aún más las cosas, entre diciembre de 2001 y principios de 2002 una sucesión de gobiernos debilitó los derechos de propiedad al congelar depósitos bancarios; provocar irreflexivamente un default en la deuda externa del gobierno; cortar el duradero vínculo del peso argentino con el dólar, convirtiendo por la fuerza depósitos y préstamos a pesos argentinos a tasas desfavorables; y anular contratos. El logro de un crecimiento económico sostenido a largo plazo implicará que se re-establezca el respeto por la propiedad privada.
JOSEFINA PAYER
VICTORIA NIBORSKI
CYNTHIA TATO JARDÓN.
En los primeros tres meses del año 2007, se observa una mejora de ocho puntos porcentuales en la distribución del ingreso respecto del mismo período correspondiente al año pasado, por lo que podemos decir que continúa la favorable evolución iniciada a fines de 2002. La caída del promedio anual a partir de este año analizando el índice de Gini fue del 11%, lo que implica una reducción del 0.55 al 0.49, es decir, del 0.6%. Sin embargo, podemos observar que tanto en los primeros meses del año 2003 como en los del 2005 tuvieron lugar aumentos aislados importantes de este índice, como una de las consecuencias que dejó el período de crisis y recesión iniciado en el año 2001.
Por el contrario, actualmente el coeficiente estudiado se ubica en valores mínimos históricos, asociando esta distribución más equitativa del ingreso al lento crecimiento económico con miras a la inclusión social de gran parte de los sectores de la población. Entre los posibles factores que influyeron en esta evolución, podemos nombrar la implantación de nuevas políticas impositivas, la expansión de seguros de desempleo y mejoras en el régimen de jubilaciones. También se realizaron intervenciones en el funcionamiento del mercado, y así en el proceso de formación de ingresos, a través de la influencia en las fuerzas de oferta y demanda de la mano de obra u otros factores de producción. Además, se llevó a cabo la imposición de salarios mínimos y de precios máximos de la canasta básica y en ciertas ocasiones la congelación de los salarios.
Respecto al segundo concepto a analizar, podemos afirmar que la Argentina es el país con el mayor índice de desarrollo humano de América latina, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Se ubica en el puesto 34 del ranking entre 177 países. El estudio remarca que el país todavía no logra revertir la desigualdad entre ricos y pobres, pero las cifras que utiliza para hacerlo son del año 2003, el cual está relacionado con los efectos de la crisis del 2001. La posición del país se ve favorecida por sus altos índices educativos y la longevidad, que compensan el bajo ingreso per cápita y pronostican que los datos serán más favorables para el futuro ya que el actual informe se basó en índices de 2003.
En cuanto a las diferencias destacadas, el organismo de la ONU señala que el 10 % más pobre de la Argentina participa en el 1 % de los ingresos y del consumo, frente al 10 % más rico, que recibe el 22,2%. Las cifras se ahondan al tomar el 20 % más pobre, que participa con apenas el 3,1 % del ingreso y el consumo, mientras el 20 % más rico tiene una participación del 56,4 %.
El anetrior trabajo publicado con esta cuenta fue realizado por Gabriela Landesman, Sofía Schiariti y Luciana Rubel.
Luego de un estudio de las estadísticas publicadas por el INDEC (ministerio de economía y producción, Secretaría de hacienda, oficina nacional de presupuesto), pudimos analizar de qué forma, el gobierno nacional fue cambiando la distribución del ingreso y del gasto publico y en qué sectores se vio focalizada. De este modo podemos deducir que el Estado tiene una tendencia a distribuir los ingresos anuales de una forma desigual no siendo equitativo con las distintas áreas sociales y esto nos demuestra el bajo nivel de desarrollo de nuestro país. En primer lugar, se observa el acentuado gasto en políticas sociales; durante el año 2005 se invirtieron $53.818.123 de los cuales $30.840.741 se destinaron a la seguridad social. En cambio para el sector de la educación se designaron tan solo $5.534.320 y $3.003.582 en salud . Estas son algunas de las causas por las cuales la Argentina se encuentra en el puesto 36 con el 0.863 del Indice de Desarrollo Humano (IDH). Dicho índice es una medición por país que se basa en un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: vida larga y saludable, educación y un nivel de vida digno.
Realizado por: Suarez Calvo, Ma. Cecilia y Sánchez Cestona, Julia E.
5º2da.
Podemos decir que en la Argentina se invierte bastante dinero en asistencia social, educación y salud, 3 problemáticas que afectan el Índice de Desarrollo Humano, pero, la eficiencia de estas inversiones es modesta. Se debe mejorar la gestión en éstas áreas para recuperar la movilidad social ascendente perdida. Si bien desde el poder político se habla de un cambio que resulta beneficioso en lo social, gracias a los planes sociales, la pobreza y la desigualdad son superiores a los valores de la década del 90, y el gobierno no ha generado políticas redistributivas reales. El crecimiento económico ha aliviado la situación social, pero no la ha resuelto. El ascenso de los niveles de empleo y el aumento de los salarios se ha traducido en el incremento de la capacidad de compra de estos empleados. Esto se manifiesta en los descenso de los niveles de pobreza, que según el INDEC bajaron desde un 54% a principios del 2003 a 40% en la última medición de 2004. Pero que una persona “salte” la línea de pobreza no significa que la cuestión social se resuelva. Para bajar la pobreza a la mitad, suponiendo una distribución del ingreso constante, la economía debería crecer en los próximos 10 años al 8% anual. Ese parece ser un valor inalcanzable. Creciendo al 4% anual es posible bajar la pobreza un 25% en 10 años en ausencia de cambios distributivos. Además que desciendan los niveles de pobreza no siempre conlleva un descenso del nivel de desigualdad, dado que , al menos en este caso, los sueldos que aumentaron son los de los empleados públicos. Por otro lado el proceso de tecnificación de la mayoría de los sectores ha provocado la disminución de la demanda de mano de obra no calificada. De esta manera en la Argentina se ha generado una caída de los salarios de esos trabajadores, más trabajo en negro y desigualdad.
Si bien ha mejorado el índice de distribución del 2004 con respecto a la crísis del 2001 aún no se alcanzan los valores de 1998 y menos aún de principios de la década del 90’. Además se debe tener en cuenta que ésta es una evolución lógica luego de una crisis económica. La brecha entre los que más y menos ganan volvió a reducirse durante el primer trimestre de este año. Pasó de 36 veces a 30 respecto de igual período de 2006. Respecto al coeficiente de Gini se redujo a 0,490 contra 0,494 en igual lapso. El 10 % de los hogares más ricos, cuenta con un ingreso promedio de 6.678 pesos y concentra el 32 % de la riqueza; mientras que el sector más pobre, con un ingreso mensual de 337 pesos, representa el 1,2 por ciento. La primera constatación que puede hacerse de la actual etapa económica es que, luego de 3 años de crecimiento ininterrumpido a un tasa del 9% anual, el PBI del 2005 ha superado en un 5,8% al del año 1998. Así a la economía argentina le ha costado 7 años alcanzar los niveles de actividad del mejor año de la Convertibilidad. Sin embargo el cuadro social que emerge de esta recuperación es más agravado que el de aquel entonces. Por un lado el PBI por habitante es un 2,8% inferior porque la población creció por arriba del PBI (8,8% vs 5,8%). Por su parte la tasa de desocupación (sin tener en cuenta los que perciben un plan) creció un 2,4% (lo que equivale a prácticamente 400 mil desocupados más), la tasa de pobreza se expandió en un 33,5% (es decir que tenemos casi 4.300.000 pobres más), la tasa de indigencia explotó en un 114% (arrojando al hambre a más de 2.700.000 compatriotas); el ingreso medio de los ocupados descendió en términos reales un 25,4%. Este ingreso medio que superaba en un 34,1% al valor de la canasta de pobreza para la familia tipo en 1998 actualmente está por debajo en 6,7% al valor de dicha canasta (lo que implica un deterioro de la relación equivalente a casi un 120%). Por último la brecha de ingresos entre el 10% más pobre y el 10% más rico de la población pasó de 22,8 veces a 31 veces, lo que implica un crecimiento del 36% de la brecha. En resumen la recuperación del nivel de actividad se sustenta sobre una pauta de mayor explotación laboral, mayor pauperización social y mayor desigualdad distributiva. Como consecuencia de esta lógica se acentuó el carácter regresivo de la distribución del ingreso. Así la masa de ingresos del conjunto de los ocupados representaba en el 2001el 25,4% del PBI mientras en el 2005 representa el 22,3%. Es decir no hubo modificación sustantiva en la distribución ni el 2004 ni en el 2005. Casualmente, los años de mayor crecimiento económico El año 2005 fue record en la cantidad de negociaciones colectivas homologadas por el Ministerio de Trabajo. Por otro lado, el año en que la participación de los sectores populares en la riqueza generada alcanza su máxima recomposición (a pesar de lo cual siguen por debajo del 2001) es en el 2003 y no en el 2005. Las razones que explican este hecho estriban en que el actual funcionamiento del mercado laboral acota severamente los alcances de la negociación colectiva puesto que los asalariados formales, sobre los que en teoría inciden los convenios, representan sólo el 34,6% de la fuerza laboral del país. También la ausencia de libertad y democracia sindical para la organización de los trabajadores restringe aún más el alcance de la negociación colectiva. En la Argentina existen 1986 organizaciones sindicales proscriptas (entre las que tienen solo simple inscripción gremial y aquellas que todavía tienen el trámite pendiente) de participar en las negociaciones colectivas. Representan el 71% de las entidades sindicales existentes. El empeoramiento distributivo que tenemos, en un contexto que combina fuerte crecimiento del nivel de actividad con incremento en la cantidad de ocupados y aumentos de los ingresos, debe dejar en claro un principio: para que exista distribución del ingreso es necesario que el ingreso que perciban los ocupados crezca por encima de la productividad global de la economía Materializar este criterio requiere de políticas públicas tributarias y promocionales que permitan capturar las ganancias extraordinarias, que hoy se concentran en pocos sectores y pocas empresas, para poder derramarlas en apoyo al desarrollo de nuevos sectores y en el tratamiento integral de las regiones más atrasadas y de los pequeños y medianos establecimientos. Supone también políticas públicas de alcance universal que construyan un piso de ingresos superior en el mercado laboral (por vía de la mejora de los ingresos de los hogares) y la garantía legal para la organización de los trabajadores.
Integrantes del grupo:
Aristei, María Emilia
Garbe, Micaela
Mahler, Verónica
5° 2°
La evolucion en la distribucion del ingreso a partir del 2002 presenta una mejoria,aunque igualmente sigue mostrando una realidad peor que la existente antes de la crisis de 2001.Segun una alta fuente del Ministerio de Economía, "la brecha de ingresos es la menor en toda la serie histórica, que se publica desde 1996". Los datos oficiales muestran que lo percibido por el 10% mas rico supera en 31 veces a lo que reciben los más pobres,mientras que esta relacion en el 2002 era de 56. El indice de gini revela una tendencia monótonamente decreciente desde fines de 2002 a la fecha,ubicandose en el 0,48, el mejor de Latinoamérica.
Por otro lado, el indice de desarrollo humano ubica a la Argentina como lider en america latina, ubicandose en el puesto 36.
Las politicas que favorecieron esta situacion estuvieron marcadas por aumentos salariales (el salario minnimo sera llevado a 980 pesos en diciembre, el mas alto de toda latinoamerica) disminucion del desempleo y del trabajo en negro, crecimiento economico sostenido durante los ultimos años caracterizado por las "tasas chinas" de crecimiento ( alrededor del 8 %), activacion del consumo y del mercado interno, la cancelacion de la deuda con el FMI, superavits historicos y aumento de la actividad industrial.
Hernan G. Kriger
Gustavo G. Garin
Lautaro P. T. Wlazly
Producto de la crisis que se desató a finales de 2001, la diferencia de poder adquisitivo entre las clases y más pudientes y las más bajas se incrementó, ya que estas últimas son siempre las que quedan peor paradas ante cualquier crisis debido a la precariedad de su situación.
La argentina, que se caracterizaba por poseer uno de los índices de Gini más bajos de la región, 0,40 en la década del ’80, pasó a 0,55 tras la crisis de 2001, cuyo valor sería mucho mayor si se eliminaran los planes de ayuda social. En la actualidad, este valor se encuentra en torno a 0,49, el más bajo de Latino América.
Sin embargo, la brecha entre los más ricos y los más pobres, está disminuyendo y se encuentra en su valor más bajo desde 1996. Así, en el 2002 el 10% más rico de la población obtenía 56 veces más dinero que el 10 % más pobre, mientras que en la actualidad este valor se redujo a 30.
Actualmente, Argentina se encuentra en el puesto Nº 36 del ranking del Índice de desarrollo humano, la mejor posición para un país Latinoamericano.
Las políticas que permitieron esta mayor equidad en la distribución del ingreso fueron los ya mencionados planes sociales como el de Jefes y Jefas de Hogar, un aumento del salario mínimo y una mayor actividad económica producto de la reactivación post-crisis que permitió aumentar las fuentes de trabajo.
Leandro Padula
Juan Martín Ramírez Bolaña
Santiago Tavani
Trabajo de Tomás Quintans:
Luego de la fuerte crisis que vivió el país en el año 2001, y a partir del año 2002, se registra una evolucion en la distribucion del ingreso. Los datos oficiales muestran que lo percibido por el 10% mas rico supera en 31 veces a lo que reciben los más pobres,mientras que esta relacion en el 2002 era de 56. El indice de gini nos muestra una tendencia decreciente desde finales del año 2002 a la fecha,ubicandose en el 0,48, el mejor de Latinoamérica.
Argentina está en el lugar número 36 en el ranking del Índice de Desarrollo humano que data del año 2004. Es el mejor ubicado de todos los pañises de América del sur, al que le siguen Chile y uruguay.
Las siguientes políticas favorecieron esta situación:
-Planes Jefes y jefas de hogar
-Expansión de seguros de desempleo y mejoras en el régimen de jubilaciones
-Aumento del salario mínimo
-Precios máximos a canasta familiar
-Disminucion del desempleo y del trabajo en negro por la mayor actividad económica.
-Aumento de la actividad industrial
Trabajo de Tomás Quintans:
Luego de la fuerte crisis que vivió el país en el año 2001, y a partir del año 2002, se registra una evolucion en la distribucion del ingreso. Los datos oficiales muestran que lo percibido por el 10% mas rico supera en 31 veces a lo que reciben los más pobres,mientras que esta relacion en el 2002 era de 56. El indice de gini nos muestra una tendencia decreciente desde finales del año 2002 a la fecha,ubicandose en el 0,48, el mejor de Latinoamérica.
Argentina está en el lugar número 36 en el ranking del Índice de Desarrollo humano que data del año 2004. Es el mejor ubicado de todos los pañises de América del sur, al que le siguen Chile y uruguay.
Las siguientes políticas favorecieron esta situación:
-Planes Jefes y jefas de hogar
-Expansión de seguros de desempleo y mejoras en el régimen de jubilaciones
-Aumento del salario mínimo
-Precios máximos a canasta familiar
-Disminucion del desempleo y del trabajo en negro por la mayor actividad económica.
-Aumento de la actividad industrial
Según lo leído en el posteo realizado en el blog de la materia, determinamos que una política de distribución del ingreso se encuentra aparejada a un interés nacional por equilibrar la situación económica de los sectores bajos con la situación de los sectores mas privilegiados.
La tarea que se nos solicitó requería que investigáramos sobre la distribución del ingreso en Argentina, a partir del año 2002. Por lo que aclaramos que en Argentina se produjo a fines del 2001 el estallido final de una decadencia económica progresiva que había comenzado a mediados del año 1998.
Esta crisis arrastró consigo al Gobierno Nacional, por entonces presidido por el Dr. Fernando de La Rúa, y además acabó con un modelo económico instalado en la Presidencia del Dr. Carlos Menem el cual fijaba el valor de la moneda nacional en equidad con el valor del dólar estadounidense.
Como consecuencia lógica de esta crisis, la situación económica de los argentinos cambió repentinamente, no precisamente en el buen sentido. Se produjo una gran pérdida de puestos de trabajos, quiebras generalizadas de empresas, y muchas de las que se salvaron de la quiebra entraron en concurso de acreedores.
A su vez, el salario no aumentó y aumentaron los precios al mismo tiempo que se estiraba la brecha entre el valor del dólar y el peso argentino.
Como en toda crisis económica los sectores mas afectados fueron los bajos, ya que el ingreso mínimo necesario para poder subsistir aumentó a un ritmo mucho mayor que el salario mínimo. Por ejemplo, en 2004 el salario promedio de los argentinos era de 648$, casi un 13% debajo d la línea de pobreza, mientras que a mediados de los noventa era un 25% superior.
Desde el Gobierno Nacional se busca una mejor distribución del ingreso, aunque se puede cuestionar la forma de llevar a cabo este objetivo, ya que se solucionan parte de los problemas económicos de ciertos sectores de la población con ayuda monetaria(Plan Jefes y Jefas de Hogar, entre otros) en vez de tratar de solucionar este situación con la creación de puestos de trabajos estables a largo plazo.
Por todo lo mencionado anteriormente, en Argentina se trata de lograr una mejor distribución del ingreso, aunque actualmente la desigualdad sea cada vez mayor. Un ejemplo es que durante la década del ’90 la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre era de 20 veces y ahora es de 27(un 35% más amplia).
Sebastián Patiño, Leonardo Galimidi, Juan Luis Burstein
Según lo leído en el posteo realizado en el blog de la materia, determinamos que una política de distribución del ingreso se encuentra aparejada a un interés nacional por equilibrar la situación económica de los sectores bajos con la situación de los sectores mas privilegiados.
La tarea que se nos solicitó requería que investigáramos sobre la distribución del ingreso en Argentina, a partir del año 2002. Por lo que aclaramos que en Argentina se produjo a fines del 2001 el estallido final de una decadencia económica progresiva que había comenzado a mediados del año 1998.
Esta crisis arrastró consigo al Gobierno Nacional, por entonces presidido por el Dr. Fernando de La Rúa, y además acabó con un modelo económico instalado en la Presidencia del Dr. Carlos Menem el cual fijaba el valor de la moneda nacional en equidad con el valor del dólar estadounidense.
Como consecuencia lógica de esta crisis, la situación económica de los argentinos cambió repentinamente, no precisamente en el buen sentido. Se produjo una gran pérdida de puestos de trabajos, quiebras generalizadas de empresas, y muchas de las que se salvaron de la quiebra entraron en concurso de acreedores.
A su vez, el salario no aumentó y aumentaron los precios al mismo tiempo que se estiraba la brecha entre el valor del dólar y el peso argentino.
Como en toda crisis económica los sectores mas afectados fueron los bajos, ya que el ingreso mínimo necesario para poder subsistir aumentó a un ritmo mucho mayor que el salario mínimo. Por ejemplo, en 2004 el salario promedio de los argentinos era de 648$, casi un 13% debajo d la línea de pobreza, mientras que a mediados de los noventa era un 25% superior.
Desde el Gobierno Nacional se busca una mejor distribución del ingreso, aunque se puede cuestionar la forma de llevar a cabo este objetivo, ya que se solucionan parte de los problemas económicos de ciertos sectores de la población con ayuda monetaria(Plan Jefes y Jefas de Hogar, entre otros) en vez de tratar de solucionar este situación con la creación de puestos de trabajos estables a largo plazo.
Por todo lo mencionado anteriormente, en Argentina se trata de lograr una mejor distribución del ingreso, aunque actualmente la desigualdad sea cada vez mayor. Un ejemplo es que durante la década del ’90 la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre era de 20 veces y ahora es de 27(un 35% más amplia).
Sebastián Patiño, Leonardo Galimidi, Juan Luis Burstein
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